EN
DEFENSA DE DAN BROWN
No
creo que el señor Brown necesite el que yo le
defienda pero me siento moralmente obligada
a hacerlo como novelista que soy y porque ya
estoy cansada de leer críticas a su forma de
escribir; le han llamado de todo aludiendo a
que lo él que hace “no es literatura”, o sea,
que escribe fatal, y esto lo pregonan aquellos
novelistas que qué más quisieran vender un 1%
de lo que él consigue. Estos señores claman
al cielo y se rasgan las vestiduras teatralmente,
pero no nos engañemos ya que es la falta de
objetividad la que les impulsa a hablar así
y no otra razón.
Cada
época tiene su propio lenguaje y las heroínas
y los héroes de Dan Brown, porque este escritor
da mucha importancia a las mujeres en sus obras,
son personajes actuales con unas vidas bastante
ajetreadas en las cuales la acción es trepidante
y no te deja un momento de respiro. Con argumentos
a semejante ritmo, la clase de literatura que
mencionan sus detractores, se halla fuera de
lugar. Dan Brown no necesita describir con detalle
una puesta de sol ni ponerse a hurgar poéticamente
en los recuerdos infantiles de los protagonistas,
porque no han lugar, no van con el argumento,
si acaso un breve apunte explicativo que pueda
conducir a algo interesante relacionado con
la trama, pero no pierde el tiempo llenando
innecesariamente páginas y más páginas que,
con toda sinceridad, el lector suele saltarse
sin remordimientos.
¿Qué
se repite en el hilo expositor de sus argumentos?,
bueno, ¿y qué?, cada novelista tiene su propia
fórmula y la de Brown le ha dado excelentes
resultados, tantos, que le han salido muchos
“discípulos” que siguen fervorosamente sus huellas
con grandes resultados de público y ventas.
No puede negarse que ha creado escuela y ese
es otro tanto que adjudicarle, por aquello que
el que da primero da dos veces.
Dan
Brown escribe literatura de evasión, ¿o es que
nadie se ha dado cuenta?, y seduce tan bien
al lector que éste, al final del libro, le agradece
in mente el que durante algunas semanas
haya podido distraerle de los cotidianos horrores
que el día a día nos trae a través de los medios
de comunicación. Y eso ya de por sí merece nuestro
respeto y agradecimiento, aunque no sea “literario”
y pueda cometer errores de documentación, pero
Dumas padre también los cometía y se le ha considerado
con indulgencia.
Dan
Brown ha logrado algo que pocos autores consiguen:
sus novelas despiertan un interés tan grande,
que hasta personas habitualmente no lectoras
se enganchan a sus libros. ¿Puede pedirse más?
©
Estrella Cardona Gamio, 15.9.2006