WANGARI
MAATHAI
Hay
lugares a donde muchos hombres llevan la destrucción y la muerte,
en otros, las mujeres plantan árboles...
Éste,
que podría ser el comienzo de un cuento, lo es, pero de una historia
real:
La
paz en la Tierra depende de nuestra capacidad para asegurar el
medio ambiente en que vivimos.
Son
palabras de Wangari Maathai, firme defensora de los derechos humanos
y medio ambientales, ecologista keniana nacida en Nyeri el año
1940, la primera mujer que consiguió un doctorado en África Oriental
y Central, y también la primera mujer africana que es galardonada
con el Premio Nobel de la Paz del presente 2004.
Wangari
Maathai es diputada y viceministra de Medio Ambiente en Kenia,
y en 1997 fue candidata a la presidencia de su país. Al siguiente
año, Wangari Maathai fue detenida varias veces por encabezar un
movimiento opuesto a la construcción de rascacielos en uno de
los parques de la capital keniana, pero ella consiguió finalmente
lo que se proponía.
Cuenta
en su haber con muchos reconocimientos a su labor como el de la
Fundación Ecologista Goldman y el Petra Kelly, ambos otorgados
en el año 1991.
Fue
elegida parlamentaria, a finales del año 2002, habiendo obtenido
el 98% de los votos.
Mientras que en
África, como en otros lugares del mundo, la guerra y la destrucción
lo arrasan todo sin dejar sitio a la esperanza, mientras en otos
lugares del mundo esas devastaciones se centran en incendios provocados
o talas indiscriminadas, en irresponsable contaminación del ambiente
que conduce a desertizaciones de hambruna, Wangari Maathai fundó
el Movimiento Cinturón Verde en el año 1977, que consistía en
la plantación de cinturones de árboles para salvar la tierra,
tierra, suelo, aire, y procurar alimento a las gentes. Participaron
en el proyecto los labradores, mayoritariamente de sexo femenino,
y el resultado ha sido éste: se han plantado más de veinte millones
de árboles en Kenia desde 1977 hasta la fecha, con resultados
palpables.
Unas
de las primeras palabras de Wangari Maathai al enterarse de que
la habían galardonado con el Premio Nobel de la Paz, fueron éstas:
Voy a continuar mi campaña y pido a los kenianos
que se unan a mí.
Todo
lo cual nos lleva a la siguiente reflexión, ¿no valdría la pena
hacer un examen de conciencia escuchando semejante frase?