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Nannerl y WolfgangNANNERL
© 2006 Estrella Cardona Gamio

María Anna Walburga Ignatia Mozart, más conocida como Nannerl y por el hecho de ser la hermana de Wolfgang, nació el 30 de julio de 1751 en Salzburgo. Era la mayor de tres hermanos varones, el último de los cuales fue el genial músico, ya que los dos anteriores fallecieron a temprana edad.

La figura de Nannerl ha quedado totalmente oscurecida por la gloria de Wolfgang, y por ello relegada a un segundo plano, casi como mera comparsa, en las actuaciones de su hermano. Sin Familia Mozartembargo, antes que el niño prodigio, estuvo ella también como una notable concertista de pocos años, que incluso llegó a componer, y para quien su padre escribió El libro de la música de Nannerl; no debemos olvidar que a los diez de edad esta muchachita ya era profesora de música, y cabe preguntarse si de no haber sido hija única no hubiera llegado a alcanzar la fama y el renombre de su hermano, porque tal vez fuera su condición femenina la que cerró delante de ella un brillante porvenir.

Claro está que en aquella época los niños maduraban rápidamente, y nada tiene que ver intelectualmente una criatura de 4 años del siglo XVIII con otra del nuestro. Pero tal ventaja presenta el reverso de la moneda al convertirse en adultos con demasiada rapidez, tal vez sea la explicación de que por eso muchos no llegaban a los cuarenta Nannerlaños, hombres sobre todo ya que Nannerl alcanzó una avanzada edad al fallecer en 1829.

En cierto modo podemos calificarla de biógrafa oficiosa de Wolfgang por cuanto nos ha permitido conocer muchas cosas de Mozart, carácter y vida, los años infantiles de primera mano gracias a sus notas de viaje, diario y confidencias de tipo biográfico, y asimismo la descripción de como era físicamente en su juventud el músico gracias a que ella se ocupó en asesorar a la pintora Bárbara Krafft, autora del célebre retrato “oficial” de Mozart, realizado muchos años después de su fallecimiento.

Que Nannerl no era envidiosa y quería mucho a Wolfgang, está fuera de discusión. Fue su partenaire musical en todas las giras de exhibición a que les sometió Leopoldo Mozart, sufrió las mismas enfermedades que su hermanito, y casi se murió del tifus como él, y no en casa sino en la constante Nannerlgira a la que les sometió su implacable progenitor que sólo lamentaba el que su hijo estuviera enfermo porque ello le impedía ganar dinero.

Nannerl es una presencia a la que se podría denominar “silenciosa”, por muy paradójico que esto resulte, en las actuaciones del jovencísimo interprete. Así la vemos en un famoso cuadro, siempre en segundo plano mientras Wolfi se halla al pianoforte. Pero donde se puede apreciar más su expresión, demasiado grave en una niña, es en el retrato al óleo pintado por Antonio Lorenzoni el año 1763.

Los hermanos Mozart no tuvieron amiguitos de su edad, trabajaban demasiado para perder el tiempo con esas cosas, y si en Mozart tal carencia se haría evidente a lo largo de su breve existencia de adulto, ignoramos como obró en Nannerl ya que lo que de ella se sabe nos la muestra como una joven seria, disciplinada y muy metida en la vida familiar, cuidando más adelante de su padre anciano y contrayendo matrimonio con el magistrado Johann Baptiste Franz von Berchtold zu Sonnenbrug de cuarenta y ocho años de edad.

De esta unión nacieron tres hijos de los que sólo sobrevivió uno: Leopold Alois Pantaleón.

Nannerl enviudó ya mayor viviendo de una pequeña renta dejada en herencia por su marido, lo que la obligó a seguir dando clases. Quedó ciega en 1824 y a pesar de eso continuó trabajando.

A su muerte la anécdota consiste en que no la enterraron en la iglesia de San Sebastián de Salzburgo sino en la de San Pedro, ya que de la cripta se había adueñado su cuñada Constanza para enterrar allí a su segundo marido y a Genoveva Weber.


Dedicado a Mozart
27 Enero, 2006