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AloysiaSTANZY
© 2006 Estrella Cardona Gamio

No es ningún secreto que el primer gran amor de Mozart, y tal vez el único, fue Aloysia Weber, la que luego se convertiría en su cuñada, pero su esposa fue Constanza.

En todas las biografías de Mozart podemos constatar que su historia de amor, noviazgo y boda con Constanza Weber, llamada cariñosamente Stanzy, parece más entresacada de una ópera bufa que no de una romántica novela sentimental; desdeñado por Aloysia, joven cantante de 16 años, y además muy bella, acaba casándose, empujado por unas circunstancias que evocan las comedias de enredo, con la “hermana fea”, tal vez porque era precisamente su hermana.

Mozart conoció a los Weber, padre laborioso, madre casamentera, siete hijos de los cuales sólo uno era varón, cuando empezó a emanciparse de la tutela paterna, aunque no de la materna ya que Anna María Pertl, le acompañaba entonces en sus viajes. Precisamente es en Paris donde fallece su madre el 3 de julio de 1778. Meses después él regresa a Munich y allí vuelve a encontrarse con la familia Weber, por cierto parientes del compositor del mismo nombre, con la cual ya había trabado lazos de amistad al ser Aloysia la causa.

Esta amistad con los Weber, que su padre no ve con buenos ojos por juzgarlos alocados y bohemios, le lleva a enfrentarse abiertamente con Leopoldo Mozart, y más todavía se distancian cuando Wolfgang contrae matrimonio con Stanzy, pero ésta es una historia bastante singular.

La madre de Constanza regentaba una pensión, que más que pensión era un señuelo para atraer a jóvenes adinerados de paso por la ciudad, para casarlos con sus hijas si había suerte. Mozart no era lo que pudiéramos denominar un buen partido al menos en lo económico, pero tenía futuro y brillante, además necesitaba instalarse allí por motivos de trabajo, aunque era consciente de lo que se fraguaba entre aquellas paredes, como se desprende de este fragmento de una carta suya:

¡El hecho de residir allí me obliga a casarme con una de sus hijas, precisamente en el momento en que menos deseo unirme a alguien! Dios no me ha creado para compartir la vida.

ConstanzaLa señora Weber se había quedado ya viuda y en parte puede ser excusable su afán por dejar bien situadas a sus hijas, el caso es que la dama intrigó lo suficiente como para crear un buen lío del que en este caso únicamente se podría beneficiar Constanza.

Habiendo dejado Mozart la pensión, sus visitas a Stanzy fueron prohibidas a menos que suscribiera el siguiente contrato:

Suscribo el presente documento obligándome por él a contraer matrimonio con mademoiselle Constanza Weber en un periodo no superior al de tres años y si las circunstancias y destino así no lo estiman, indemnizaré anualmente a la pretendida doncella con 300 gulden.

El proyecto de extorsión casamentera no resultó como se había planeado ya que Stancy se enfadó rompiendo el documento y se marchó con Mozart de la casa materna, para recalar, en depósito, en la de la baronesa Waldstädten, en calidad de dama de compañía, posteriormente regreso a su hogar y más tarde volvió con la baronesa.

La madre de Constanza se dejaba guiar por un consejero, amigo de la familia, cierto señor Thorwart, quien empezó a insinuarle a Mozart que la baronesa iba llevar por la senda de la perdición a Stanzy con el ejemplo de su vida marcada por el divorcio, algo escandaloso en aquella época.

Ante semejante insidia, al compositor no se le ocurrió otra cosa mejor que escribirle una carta a la baronesa en la que le dice lo siguiente:

Si la amenaza estuviera fundada, no habría otra solución que la de casarme con Constanza mañana mismo, incluso hoy a ser posible, pues no desearía dejar a mi amada expuesta a tal injuria. Eso se evitaría si ella fuera ya mi esposa... Los Weber han sido manipulados totalmente por Thorwart, y le ruego, Señora mía, a que nos ayude y proteja... Beso sus manos mil veces y quedo siempre como su agradecido servidor... Constanza no sabe nada todavía de todo ello.

En vista de cómo estaba la situación, y para evitar que Stanzy volviera con su madre, porque si el teórico mal ejemplo de la baronesa podía dejar en entredicho a la joven, era tal vez mucho peor la influencia de la señora Weber -ansiosa de casarla sin amor con un hombre rico-, Wolfgang se decidió y ambos contrajeron matrimonio el 4 de agosto de 1782 en la catedral de San Stephen en contra de los deseos de la familia de ella y el disgusto y rechazo de la familia de él.

Los recién casados emprendían una nueva vida, pero, ésta es ya otra historia.


Dedicado a Mozart
27 Enero, 2006