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A Umberto Eco no le gusta Internet, ya que no es la primera vez que lo manifiesta públicamente, y ahora le ha tocado a la cultura que se puede difundir por la red, que, a pesar de los pesares, se difunde, pues bien, parece un poco exagerado hacer este comentario, Eco dixit:

Hoy existe el peligro de que seis mil millones de personas tengan seis mil millones de enciclopedias distintas y ya no puedan entenderse entre ellos para nada.

(Teniendo en cuenta que actualmente en el planeta residen seis mil millones de personas quienes en su gran mayoría viven en condiciones miserables, o sea, no tienen acceso a Internet y a la cultura que este medio pueda promocionar, dudo mucho que lleguen a existir esos seis mil millones de enciclopedias a los que el escritor alude.)

Según Umberto Eco, antes de la era Internet, la difusión cultural se hallaba sabiamente dosificada, podríamos decir incluso “tamizada”, siempre en su opinión, y he aquí otra perla:

Saber cuando murió Julio César es importante, mientras que la fecha de la muerte de su mujer, no. Con Internet esa valoración se anula.

Curioso desprecio a un personaje secundario, quien, además, casualmente es mujer, y ya por el mero hecho de ser “la esposa de”, se ve que no tiene ninguna posibilidad de ser mencionada pues con su marido basta y sobra, es decir que carece de la opción a que cualquier estudioso se interese por la fecha de su fallecimiento, ni tan siquiera como simple dato cultural.

Supongo que con sus razonamientos, Umberto Eco pretende demostrar la sólida base de una opinión muy personal.

© Estrella Cardona Gamio 5.10.2004